Qué os voy a contar de Victor que no os haya contado ya. Este espigado madrileño continúa con su personal lucha para abrirse un hueco en el corazoncito del aficionado y seguir alentando su sueño: ser un verdadero Road Racer ¡Que ya lo es! Pero a costa de mucho sacrificio y ninguna garantía de continuidad. A pesar de ello, duerme, come, respira,… se siente competidor. Es un luchador nato y todo su esfuerzo se centra en un solo objetivo. Ya os habré contado alguna vez, cómo me gusta verle con sus colegas de siempre hacer carreras en el Jarama. Actuando como un verdadero “Racing Team”. Cada uno dedicado a sus tareas para que todo funcione. Sin dejar detalles al azar. Sacando el máximo rendimiento a los contados medios disponibles. Salpicando todo con un poco de grasa y romanticismo setentero. >>>>

FOTO: CHRIS PFEIFFER FACEBOOK

Así se las gastaba el stuntrider aleman cuando era un criajo. Haciendo cabriolas en una Sachs Presto 100 de 1933 que aun posee. Como el mismo admite, este fue el inicio de su pasión por las motos y los malabarismos en el manillar.

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